viernes, 14 de febrero de 2014

Una carta de amor. Laureano Márquez


Como haré, vida mía para enamorarte de nuevo, para que este amor mío no se pierda en medio del absurdo destino que nos ha tocado vivir. Qué haremos para que vuelvas a creer en mi y yo en ti, para que todas estas cosas que nos han pasado no destruyan ese sentimiento tan bonito que  tenemos. Tú y yo lo sabemos, este amor nuestro es lo más grande que hay, porque este es el amor sobre el cual otros amores se levantan. ¿Por qué lo hemos deshonrado tanto? ¿Por qué nos hemos hecho daño si sabemos que no podemos vivir el uno sin el otro? ¿Cómo haremos para recobrar la confianza perdida, para pasar la página de tantos dolores y daños causados? ¿Por qué estamos destruyendo lo que sabemos es sagrado?


Tú lo sabes, yo no puedo estar lejos de ti. Tus ausencias me matan. Te extraño. La vida no me sabe igual si no te tengo cerca, me le falta brillo, color, alma. Y aunque este en el lugar más hermoso, tu distancia me agobia. No se cómo vivir sin ti y además no quiero intentarlo. Es que como te llevo dentro de mí, la lejanía no hace sino acrecentar mi dolor, mi sufrimiento, porque estas en todas mis ausencias. Cuando siento tu calor en mí, tu compañía en las cosas de mi vida, soy feliz. Por ti amo, sufro y espero.

¿Por qué no nos atrevemos a soñar juntos un destino mejor? Un destino de hijos bellos que nos se los lleve una bala en el Día de la Juventud, mientras protestan por la inseguridad. Yo te he esperado y te espero. Hasta el fin de mis días si es preciso, porque lo nuestro fue un amor a primera vista. No te amo por casualidad, sino por voluntad de mi corazón. No sé si algún día me cansaré de esperar y me vaya por ahí con alguien que me ofrezca promesas vanas de amor que no me llenaran como las que sueño contigo, pero que termine aceptando con resignación. No es lo que quiero: me niego a que mi destino sea una vida de distante frialdad. Quiero la emoción y pasión que tú me das, la fuerza con que cada día  me mantienes en pie, para seguir adelante y luchar. Cuando la tristeza y la desolación me vencen, tú me animas.

Hoy es el día de San Valentín y quise escribirte esta carta de amor, para que sepas que sigo locamente enamorado de ti, que me haces falta como eras: tolerante, amable, bella; para decirte que podemos reconstruir lo perdido, que la fuerza de nuestro amor puede vencer cualquier adversidad si nos lo proponemos, si somos capaces de  renovar este cariño para que renazca cada mañana.

Hoy quisiera llevarte a cenar, pero la oscura noche que nos envuelve activa todos nuestros miedos, enciende todas las alarmas. No te mando un ramo porque no hay flores en el mundo para tanto sentimiento. Solo puedo ofrecerte hoy, como regalo,  esta carta de amor en la que va mi alma comprometida en  seguirte adorando con todas mis fuerzas y de luchar por verte sonriente y feliz.

Te amo, Venezuela.


Publicado en el diario TalCual el viernes 14 de Febrero de 2014

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