Queridos presidentes y jefes de gobierno:
Qué bueno que vinieron. Ustedes no tienen idea de lo bien que
nos cae vuestra visita. Para comenzar, un operativo de limpieza y maquillaje de
la ciudad, que teníamos tiempo que no conocíamos; un día libre no laborable,
para evitarles a ustedes las “colas” en el tráfico que, de costumbre, padecemos
los caraqueños; la inseguridad, que es otro de los temas que nos agobian,
mejorará también, gracias a ustedes, que han motivado la presencia de
operativos de seguridad en las calles.
Así que, digamos que no llegan ustedes a ningún acuerdo, ya
vuestra visita ha rendido buenos frutos. Me atrevo a vaticinar que ni siquiera
expropiaciones habrá este fin de semana.
Sólo algunas recomendaciones para hacerles más amena,
confortable y segura la estadía: No anden por ahí sacando los BlackBerrys por
las calles.
Alguien podría arrebatárselos sin aviso ni protesto.
Recuerden que somos el país con más alto consumo de BB, no sólo por esnobismo,
sino por su cotidiano hurto.
Nada de andar por ahí de noche. No se pongan a inventar, aquí
todos nos recogemos cuando el sol se oculta.
Somos un país socialista: es posible que no consigan muchos
productos autóctonos en nuestros mercados. Pero por otro lado se sentirán como
en casa porque tendrán a mano carne argentina, pollo del Brasil, azúcar de
Cuba, vinos chilenos y una variada gama de los productos de sus respectivos
países. Venezuela importa mucho porque importa poco.
Desde ayer, gracias a una decisión judicial, se le puede
decir “hijo de p.” con total libertad a cualquiera, pero sólo si usted es parte
del proceso. Si algún colega les agobia en las plenarias, siéntanse en plena
libertad de arremeter en contra de su progenitora. La ley lo permite.
Por último, cambien las claves de sus Twitter y correos
electrónicos, porque aquí están hackeando de lo lindo, pero sólo si eres
opositor y expresas ideas contrarias… ¡Ah! y mosca con lo que hablan por
teléfono.
Bueno, bienvenidos a su casa. Mucho sabríamos agradecer los
ciudadanos de a pie, de todos los días, que se quedaran a vivir entre nosotros,
por lo menos hasta octubre del año que viene.
Atentamente
Laureano Márquez
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