El editorial de hoy de El Nacional,
que me permito compartir a través de este blog, expresa lo que muchos pensamos
y nos preguntamos ¿Dónde están los méritos de esta niña? ¿Cuál es la real
intención de esta jugada?. En este párrafo del citado escrito se resume el “sin
rumbo” de este régimen: “Según declaró el canciller Jaua, ella va a reforzar el
trabajo como portadora de “ese mensaje profundo del presidente Chávez”, sin
aclarar en qué consiste ese mensaje”.
María Gabriela
Chávez, a quien los cubanos aprecian como cuadro político en ascenso, y cuya
presunta participación en negocios con Argentina le ha valido que muchos
twitteros se refieran a ella irrespetuosamente como la “reina del arroz”, ha
sido designada por Nicolás Maduro embajadora alterna de Venezuela ante las
Naciones Unidas, un nombramiento que ha desatado disímiles conjeturas sobre las
motivaciones rojas y las capacidades y credenciales de la flamante diplomática.
Y aunque nuestro
actual representante en la ONU, Samuel Moncada, no sea una lumbrera, tiene tras
sí una estela de desempeños burocráticos que lo autoriza a preguntarse a santo
de qué le han enviado a esa ayudante de “currículo desconocido”.
Según declaró el
canciller Jaua, ella va a reforzar el trabajo como portadora de “ese mensaje
profundo del presidente Chávez”, sin aclarar en qué consiste ese mensaje.
Nadie puede tomarse
en serio que la decisión obedece al “propósito de que los pueblos de África,
Asia, Medio Oriente, nuestra América y el resto del mundo sigan escuchando la
voz solidaria del comandante Chávez”, porque, de ser así, bastaría con enviar
grabaciones de los discursos del líder galáctico.
Pero, aparte de los
despropósitos que han servido para justificar la investidura de María Gabriela,
hay que considerar lo que podría ser una movida táctica dirigida a fomentar la
imagen de la hija para lanzarla a la arena política ante la acuciante falta de
liderazgo en el oficialismo. Sin embargo, se trataría de una jugada riesgosa
pues es probable que la niña no dé la talla.
Hay quienes alegan
que lo que se busca es alejarla de la escena nacional para ver si el supuesto
“affaire” del arroz se olvida; y otros piensan que se quiere poner punto final
a la ilícita ocupación de La Casona y argumentan que, con María Gabriela fuera
del país, será más fácil el desalojo de la residencia presidencial.
No son pocos los
países de África o de los antes llamados países bananeros que usan la
diplomacia, y especialmente los organismos internacionales como las Naciones
Unidas, para acreditar como representantes diplomáticos a hijos de presidentes,
familiares de ministros, amantes fastidiosas y cuanta fauna cercana al poder
exprese su deseo de tener una experiencia diplomática en la Gran Manzana,
corazón del Imperio.
Para la embajadora
alterna no será fácil tratar de entender temas que están lejos de su
conocimiento, pero la amabilidad diplomática se encargará de hacerse sorda ante
sus deslices y más de un adulante la empalagará exaltando la figura del comandante
eterno. Además los cubanos le escribirán buenos discursos.
Suerte ha tenido de
que el embajador Moncada no reaccionara como la actual canciller de Colombia
que, cuando el presidente Uribe le envió a un “hijo de papá” como ayudante
mientras ella ejercía como embajadora en la ONU, de inmediato renunció con el
argumento de que los temas de Naciones Unidas eran muy importantes como para
aceptar personas sin preparación.
Editorial El Nacional.
Publicado el 15/8/2014
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