Cuba libera presos políticos que rechazan exilio. Vía El Nuevo Herald

POR ISABEL SANCHEZ . AFP
LA HABANA

Cuba liberará a dos de 11 presos políticos que rechazan el exilio en España, destrabando un lento proceso de excarcelación de 52 opositores que el presidente Raúl Castro prometió a la Iglesia Católica y que ya sacó de la cárcel a 41.



Los prisioneros son Angel Moya, esposo de Berta Soler -una de las líderes de las Damas de Blanco- y quien quiere quedarse en Cuba; y Guido Sigler, que desea viajar a Estados Unidos, donde viven dos hermanos también ex presos políticos, anunció este viernes una nota del Arzobispado de La Habana.

Las dos excarcelaciones se realizarán "próximamente'' en "continuidad con el proceso de liberación'' iniciado en julio de 52 disidentes que quedaban presos de 75 condenados en 2003 a penas de seis a 28 años, considerados "presos de conciencia'' por Amnistía Internacional.

La excarcelación de los 52 presos es la mayor en más de una década -desde la visita del Papa Juan Pablo II en 1998- y es fruto de un inédito diálogo entre Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega, que se reunieron en mayo.

Desde julio el Gobierno liberó a 40 reos que aceptaron viajar a España y el 14 de noviembre al primero de 12 que rechazaban el exilio en España, Arnaldo Ramos, quien se quedó en la isla, pero desde entonces el proceso de liberaciones se detuvo.

La disidencia aumentó en los últimos días la presión al reclamar que, pese a que en noviembre se cumplieron los cuatro meses fijados por el Gobierno para liberar a los 52 presos, aún siguen en prisión los 11 que rechazaron lo que consideran un "destierro'' en España.

"Mi marido piensa continuar la lucha en su patria por la democracia y la libertad de su pueblo. Estoy contenta, quiero a mi hombre en mi casa pero quiero a los demás también en sus casas'', dijo Soler, esposa de Moya, un obrero de construcción de 46 años.

Desde la occidental provincia de Matanzas, Juan Francisco Sigler dijo a AFP por teléfono que esperaban desde "hace mucho la liberación'' de su hermano Guido, un técnico en economía de 57 años, condenado al igual que Moya a 20 años.